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Mahmud Darwish

 

Traducción del árabe:

María Luisa Prieto
¿CUÁNTAS VECES TERMINARÁ LO NUESTRO?
 
Contempla sus días en el humo de los cigarros,
mira el reloj de bolsillo:
si pudiera, pausaría su sonido
para aplazar la maduración de la avena.
Él sale de sí mismo agotado, impaciente.
El tiempo de la mies ha llegado.
Las espigas son pesadas, las hoces descuidadas
y el país
se aleja ahora de su puerta profética.
El verano del Líbano me habla de
mis viñas en el Sur.
El verano del Líbano me habla
del más allá de la naturaleza,
pero mi camino hacia Dios comienza
desde una estrella en el Sur...
 
- ¿Me hablas, padre?
 
- Ellos han fijado una tregua en la isla de
 
Rodas, hijo.
 
- ¿Y qué tenemos nosotros que ver con eso, padre?
 
- Y se ha terminado todo.
 
- ¿Cuántas veces terminará lo nuestro, padre?
 
- Ya se ha terminado. Han cumplido con su deber:
 
Han disparado con fusiles rotos contra los aviones enemigos.
Hemos cumplido con nuestro deber. Nos hemos alejado de
los acedaraques para no mover la gorra del jefe militar.
Hemos vendido los anillos de nuestras mujeres
para que cazaran pájaros, hijo.
 
- ¿Pero entonces, padre, nos quedaremos aquí,
bajo el sauce del viento,
entre los cielos y el mar?
 
- Hijo mío, todo aquí
se asemejará a algo de allí.
Seremos a nuestra imagen y semejanza
por las noches,
y la estrella eterna de la semejanza
nos consumirá.
 
- Padre, aligérame del peso de tus palabras.
 
- He dejado las ventanas abiertas al arrullo
de las palomas,
he dejado mi rostro en el brocal del pozo,
he dejado a las palabras charlando a su antojo,
colgadas en el armario,
he dejado a la oscuridad en su noche,
envuelta en la lana de mi espera,
he dejado a las nubes tendiendo sus zaragüelles
en la higuera,
he dejado al sueño engendrando al sueño
y he dejado a la paz sola,
allí en la tierra...
 
- ¿Estabas soñando en mi vigilia, padre?
 
- Levántate. Regresaremos, hijo mío..