Loading
Editora: María Luisa Prieto
Principal
Poetas
Abbás Beydún
Abdo Wazen
Abdul H. Sadoun
Abdulrazq Al-Rubayi
Adonis (Ali Ahmed Said)
Akl Awit
Al-Bayati
Al-Sayyab
Ali Al-shalah
Amal Dunqul
Bassam Hayyar
Fadwa Tuqan
Hasab Al Shayj Yaafar
Ibrahim Nasrallah
Inaya Yaber
Isa Al-Yasiri
Issa Majluf
Kamal Sebti
Mahmud Darwish
Muhammad Al Magut
Muhsin Al Ramli
Muin Basisu
Nada El Haye
Nazik Al Malaika
Nizar Qabbani
Paul Shaul
Qasim Hadad
Saadi Yusuf
Salah Hassan
Salman Dahud
Samih Al Qasim
Sargón Bulus
Shauki Abi Shakra
Talib Abdelaziz
Unsi Al Haye
Wadih Saadeh
Yabra Ibrahim Yabra
Yumana Haddad
Yusuf Al Jal
Poesía palestina
Mahmud Darwish
Yabra I. Yabra
Fadwa Tuqan
Muin Basisu
Samih Al Qasim
Ibrahim Nasrallah
Poesia iraquí
Al Sayyab
Nazik Al Malaika
Al Bayati
Sargon Bulus
Saadi Yusuf
Poesía libanesa
Yusuf Al Jal
Unsi Al Haye
Abbás Beydún
Abdo Wazen
Biografías
Libros
Colabora
Contacto
ADONIS (ALI AHMAD SAID)
Traducción del árabe:
María Luisa Prieto
ESPEJO DEL CUERPO DEL AMANTE
Cada día, el cuerpo del amante
se disuelve en el aire,
se convierte en perfume,
gira, convoca a todos los perfumes
a que se reúnan en su lecho,
cubre sus sueños,
se evapora como incienso,
vuelve como incienso.
Sus primeros poemas son sufrimiento
de niño perdido en el torbellino de los puentes,
sin saber mantenerse en el agua
ni cruzarla.
___________________________________
ESPEJO DEL OJO Y EL TIEMPO
Canté, les dije a mis días:
con mi sangre he levantado ciudades
que engendran el ritmo.
Les dije:
La he extendido cual rama ardiente
que me llevara en su savia
iluminando a la muerte y al sudario.
Canté, les dije a mis días: he purificado mi sangre.
Canté, dije:
he separado el sueño
de las pestañas que lo cosen
y he mezclado el ojo con el tiempo.
_________________________________
ESPEJO DE ORFEO
Tu melancólica lira, Orfeo,
no puede transformar la levadura,
no sabe hacer para la amada cautiva
en la jaula de los muertos
un tierno lecho de amor
ni brazos ni trenzas.
Muere quien debe morir, Orfeo,
mientras el tiempo corre por tus ojos
se cae, y entre tus manos
se rompe la lira.
Te veo ahora, cabeza sobre los ríos,
cada flor es un canto
y el agua voz.
Te oigo ahora, te percibo
sombra que escapa de su órbita
y empieza a girar...
_____________________________
ALQUIMIA DEL NARCISO
Los espejos reconcilian el mediodía con la noche.
Detrás de los espejos
un cuerpo abre camino
a sus nuevas regiones
en el cúmulo de las épocas,
borrando la estrella del camino
entre su ritmo y el poema,
cruzando el último puente.
... He matado a los espejos
y he mezclado sus zaragüelles de narciso con el sol.
He inventado a los espejos,
obsesionado en abrazar a los soles
y sus inmensidades siderales.
__________________________________
LA MUERTE
Cuando vi a la muerte en mi camino,
vi mis pensamientos
y vi mi cara,
locomotora de niebla desplegada,
esculpido en el suelo,
busqué refugio en el relámpago.
________________________________
DIÁLOGO
No digas que mi amor era sortija o pulsera,
mi amor era asedio,
era los rebeldes navegando hacia su muerte,
buscándola.
No digas que mi amor era luna,
eran chispas.
_______________________________
EL SUEÑO
¿Te ocultas? ¿Te desvaneces?
Sé que eres, viajero,
chispa, perla y ola de extravío
que se aleja y regresa con las estaciones.
He visto tu fuego en el campo,
tus ojos como alas y tu rostro alto como el horizonte
que aprieta los soles y lava la afligida tierra.
¿Te ocultas? ¿Te desvaneces?
He visto tu rostro en el campo,
agua que viaja por las raíces
hacia sus extrañas ciudades
en la hierba,
en el río de las estaciones.
_____________________________________
LA CIUDAD
Dormí con la ciudad
en el comienzo de las ramas,
en el inicio de las heridas.
Estaba sobre mi lecho,
más agitada que un navío en alta mar,
y el semen la estremecía,
le abría todas las venas...
Al despertar, el lecho era un río,
por amor,
y el semen la historia de dos amantes,
y eran sus pechos dos ciudades.