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Mahmud Darwish

 

Traducción del árabe:

María Luisa Prieto
PRIMEROS EJERCICIOS SOBRE UNA
GUITARRA ESPAÑOLA
 
Dos guitarras se intercambian una moaxaja
y con su sedosa desesperanza
rompen el mármol de nuestra ausencia
sobre nuestras puertas
y hacen bailar a los robles.
 
Dos guitarras...
 
Una eternidad azul nos transporta,
dos nubes caen en el mar,
cerca de ti.
Dos olas ascienden a las escaleras
y lamen tus pasos, prenden
la sal de las playas en mi sangre
y emigran hacia las nubes de púrpura.
 
Dos guitarras...
 
El agua llora, y los guijarros y el azafrán
y llora el viento.
"Nuestro mañana no volverá".
Y la sombra llora tras la locura de un
caballo tocado por una cuerda.
En la estrechez de su horizonte,
entre los cuchillos y el abismo,
elige el arco de la flor.
 
Dos guitarras...
 
Una canción blanca para la morena.
El tiempo se rompe. Que pase su palanquín
sobre dos ejércitos:
egipcio e hitita
y se eleve el humo,
el humo coloreado de sus atavíos
sobre las ruinas.
 
Dos guitarras...
 
Sólo los pasos del nahawand[1] te privan de la
Andalucía de la época
y de la Samarcanda de antaño,
cual gacela que precedió a sus funerales
y voló en el soplo de las
margaritas.
¡Amor! Mi mal enfermo,
¡Basta, basta!
No olvides de nuevo tu tumba sobre mi
caballo.
Aquí, dos guitarras nos inmolarán.
 
Dos guitarras...
Dos guitarras...

     [1]  Nota de la escala contemporánea árabe, también llamada kurd o kurdi. (N.T.).