Traducido del árabe por: MARÍA LUISA PRIETO |
Aquella noche Las caras se desvanecieron en torno nuestro Y todo desapareció Menos el brillo azul de Tus ojos y la llamada En aquel brillante azul Donde mi corazón Navegó cual barco Guiado por las olas. Las olas nos condujeron A un mar sin playas, Sin límites Y sin resistencia A que las olas contaran La eterna historia de la vida Resumida En una mirada. Y la tierra se inundó con El impulso de la marea, el viento y la lluvia.
Aquella noche Mi jardín se despertó Y los dedos del viento Arrancaron su cercado. En mi jardín, la hierba, Las flores y los frutos se estremecieron Con la danza del viento y la lluvia. Todo se desvaneció Aquella noche Menos el brillo azul de tus ojos Y la llamada En el brillante azul Donde mi corazón navegó Cual barco guiado por las olas.
(Del poemario: Ante la puerta cerrada (1967) |
Mira cómo esa negra Roca ha sido amarrada a mi pecho Con las cadenas del arrogante destino, Con las cadenas del absurdo tiempo. Mira cómo aplasta Mis frutos y mis flores, Me esculpe con el tiempo Y me destruye con la vida. ¡Déjame! No podemos vencerla. Las cadenas de mi prisión no se romperán. Permaneceré en soledad Mientras el destino sea mi prisión. Déjame Permanecer así: Sin luz, Futuro Ni esperanza. La roca negra no tiene escapatoria Ni refugio.
En vano intento retirar su peso de mi pecho Olvidándome. ¡Cómo he penetrado en el corazón de la vida y he recorrido cada dirección! Me he divertido, He cantado En las fuentes de la juventud. Dame mi copa Y beberé con ansia Hasta ausentarme del alegre mundo Que tanto me ha decepcionado. En su regazo están mi dolor Y mi desgracia. He huido del Mundo de mis sentimientos Y he danzado con La agilidad de los pájaros Y una risa loca. Luego, desde Las profundidades de mi desesperación, Una llamada sacude mi espíritu Y en secreto amenaza: "No escaparás. Estoy aquí. No hay escapatoria Ni refugio". La sombra de la roca negra traza Figuras deformadas. En vano intento retirarla, En vano pretendo huir. No hay escapatoria.
¡Cuánto he explorado la tierra de la desgracia! He aspirado el elixir del consuelo En la miseria de los prisioneros como yo, Prisioneros del destino. He penetrado entre la gente, Donde están las tragedias Y las lágrimas, Donde los látigos silban y caen Sobre los rebaños humanos, Sobre las espaldas desnudas Y los humillados cuellos, Donde los dóciles esclavos Huyen en grupos Hundiéndose en lágrimas, Sangre Y sudor. Continué: busqué consuelo Para la desgracia Pero no hay escapatoria. La maldición de la negra roca Nació conmigo Para ser mi sufrimiento. Muda, Pegada a mí, Su sombra sigue los pasos de mi vida. Mira cómo se ha instalado Con su arrogancia En mi pecho. ¡Déjame! No podemos vencerla. Las cadenas de mi prisión no se romperán. Mi espíritu permanecerá Cerrado Y yo seguiré solo En la lucha. Solo Con el intenso dolor, Con el tiempo, Con el destino. Solo Con esta roca negra Aplastándome. No hay escapatoria.
(Del poemario: La encontré (1957) |
Sólo quiero morir en mi tierra, Que me entierren en ella, Fundirme y desvanecerme en su fertilidad Para resucitar siendo hierba en mi tierra, Resucitar siendo flor Que deshoje un niño crecido En mi país. Sólo quiero estar en el seno de mi patria Siendo tierra Hierba O flor (Perteneciente al poemario: La noche y los jinetes (1969). |